Qué difícil es acostumbrarse a la lluvia constante.
En verano se añoran esos cielos azules de mi querida Mancha.
A pesar de la belleza de los paisajes del norte hay veces que el verde y todas sus tonalidades llega a saturar y hay que huir a la planicie para ver el contraste de colores que se observa, sobre todo en primavera.
Contrastes de color en campos manchegos
En la Mancha hay que aprovechar pequeños riscos que existen para divisar el esplendor del paisaje y en esos parajes a veces encontramos vestigios de otras épocas en las que Cervantes imaginó las aventuras de nuestro amigo don Quijote, los molinos de viento que sobreviven al paso de los años y nos cuentan historias que vienen a completar la belleza que contemplamos.
Tienes tosa la razón que llueva día si y día también es un aburrimiento pero uno se acostumbra, aunque cueste. Elena.G.
ResponderEliminarMás vale tarde que nunca. Gracias por tu comentario 😊
EliminarLa lluvia también tiene su puntito. Siempre añoramos lo que no tenemos. En la Mancha, necesitamos mas años de agua, que nos permita disfrutar de nuestros humedales. Enhorabuena por el blog!
ResponderEliminarNo está mal, contestarte 8 años y algunos meses después. Un beso, gracias por la lectura.
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