Esa tierra llamada La Mancha

Podría empezar con alguna cita de uno de tantos autores, inspirados por estas vistas.

Me limito a poner en palabras lo que me dictan los poros de mi piel cuando alcanzo las llanuras que me recuerdan el escenario que me vio nacer.

Dejándose llevar por una paz deliciosa que recoge nuestro ojo al atrapar el escenario sin fin de patchwork de colores que cada estación recubre todo con una gama única de color.

Centenarios en pie, siguen coronando montes, escasos entre llanuras, centinelas que otean lo acontecido en la historia mientras el viento les de la fuerza para cumplir su función.

Geometría, perfecta geometría en campos de la Mancha, figuras que han crecido en los pliegues de una infinita llanura, en un momento de la historia pasada que seduce al tiempo presente.

Otros tiempos fueron cuna de las andanzas de un noble caballero, que albergado en la venta contempló unos gigantes que en estos días se han tornado en molinos.

¿Cómo osan estos bárbaros de ojos afilados merodear los campos de La Mancha?

Son turistas querido señor Hidalgo, muy habituales en estos tiempos que corren.

¡Malandrines, no estropeéis estos parajes que son los míos por derecho propio!